enero 09, 2014

Quieto.

Una vida llena de letras, y tinta, que cae por el papel hasta el suelo… la supervivencia, indigna y llena de pereza, en busca de no ser esclavo de la vida, y la mentira; es, que los días pasan, que el sol se apaga cada noche y que cada mañana levantas, sin saber qué es lo que la vida te exige que hagas.
Cabalgas entre miradas, entre ausencias, entre los suspiros de impotencia, y lágrimas que no sirven más que para hundir tu cara en la almohada… cerrar los ojos a ver si todo pasa, pero, levantas y todo te espera en el mismo sitio donde estaba… dispuesto a ahogarte un poco más si se te olvidaba… dispuesto a correr un poco más tras de ti…
Las horas pasan, el tiempo se pierde y no se recupera, te resistes a la esclavitud, a la que todos se someten… te resistes a ser un fracaso y dejar ir tus ideas… te resistes a dejar tus sueños intactos y no apostarlos en el intento de perderlos… te sientes, como si quisieras pararte, para preguntarte ¿Qué hago? ¿Qué quiero? Y sobre todo ¿A dónde quiero llegar?
¿Merece la pena el esfuerzo? Tanto movimiento, tanto vacío, tanto silencio…

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